Lo que me enseñó el CABRÓN DEL MEDICO, con mi HIJO EN LA UCI: que hacer caso a tus INTUICIONES, te da grandes SOLUCIONES
Hace 7 años me dijeron que era la única culpable del dolor de mi hijo.
El diagnostico me costó 120 euros por 40 minutos de palabrería dañina.
Y fue el último.
Pasamos antes por 5 especialistas.
Pasamos por las risas de la directora del cole.
Y su consejo, en gallego que suena más bruto aún si cabe, se me quedó grabado: “se lle deras unas triscas, todo estaría acabado” (Si le dieras unas cachetadas, todo estaría acabado).
Gracias a no sé quién, que no le hice caso.
Mi hijo se desmayaba del dolor.
Mi hijo vomitaba con los olores.
Mi hijo no podía salir de casa.
Pasó por fobia social. Dejó todo lo que hacía como niño. Y empezó a ser un ogro.
No se consumía. Más bien se volvía contra el mundo.
Y no podía hacer nada.
Los consejos gratuitos eran dolorosos. No encajaban con lo que yo veía y sentía hacía él.
Me dolía el alma. Y a la vez estaba frustrada, enfadada. La ira me dominaba, por momentos.
Solo buscaba lo mismo que hacían los demás.
Comparaba todo con lo que hacían los demás.
Leía los mismos libros y volvía a caer en los mismos especialistas que los demás.
Y resulta que lo único que tenía que hacer era escucharme a mí misma para saber cómo escucharlo a él. Hacer caso a todas y cada una de mis corazonadas. Hacer caso a mi intuición.
Cómo poder entender a un niño de 7 años si, muchas veces, como mayores no nos entendemos ni escuchamos a nosotros mismos.
Subestimamos nuestra información interna.
Contradictorio.
Y me funcionó, como ya te mencioné en el mail anterior, hacer lo contrario a lo habitual.
Y ahí descubrí algo INCREÍBLE y DOLOROSO a la vez.
Descubrí en mis propias carnes que la INTUICIÓN HABLA ALTO Y CLARO.
Descubrí en las carne de mi hijo que LAS EMOCIONES MATAN.
Somatizar emociones lo llevó a la UCI porque ya tenía sangre en sus intestinos.
Su modo de protegerse era matarse a él mismo, lentamente.
Porque como ya te dije, la cuestión está en no tomar como verdades absolutas lo que dice el mundo.
Si quieres eliminar tus pajas mentales. Las tuyas propias o las que te pone el mundo. Sólo tú las puedes eliminar.
Si quieres usar la intuición que ya traes de serie. Sólo tú puedes usarla por ti mismo.
Pues eso. La cuestión está en adaptar a ti, a tu persona, lo que el mundo muestra, pero no a todos les vale.
Y a mi hijo no le servía la terapia tradicional. Mi hijo necesitaba terapia emocional con 7 añitos.
Y volvió a nacer.
Y yo me enamoré del poder de las emociones. Y de cómo habla la intuición, alto y claro.
Porque nadie se para a decirte, ni tú a pensarlo, en cómo te pueden afectar las emociones. Y que la intuición no es magia. Es real.
Pensamos que las emociones son cosas de niños. Que la intuición es una fantochada. Todo es inteligencia emocional para niños. Y los mayores, qué. Somos dioses, acaso.
Ah, no. Dioses no. Somos Juanes Palomos. “Yo me lo guiso, yo me lo como.” «Si lo veo, lo creo».
Y me fui a la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
Y me saqué el máster de EQ, Inteligencia Emocional, avalado por Daniel Goleman, el padre de las inteligencias multiplesss y bla, bla, bla.
Y me formé en INTUICIÓN. Y leí mucho, hasta secarse las lentillas.
E hice lo contrario a lo habitual: primero la experiencia forzada y luego el titulito que la certificaba.
Ahora, mi cachorro está bien. A veces, me lo comería por los pies.
Está en la adolescencia.
Si quieres una #sesiónvermú conmigo, yo feliz.
Si quieres recibir info sobre como usar la intuición eliminar pajas mentales, anótate aquí.
Si te quieres dar de baja, feliz por ti, respondiendo a este mail con asunto «baja», o «chao», o «paso de ti, Yola».
Te veo dentro!
Abrazote,
Yola